IGLESIA DE LA CANDELARIA EN TURMERO

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lunes, 16 de agosto de 2010

SOCIALISMO DE LA INSEGURIDAD

En cierta forma uno de los elementos negativos para impulsar un cambio era la forma en que las policías y cuerpos de seguridad del Estado, en general, se venían comportando con la ciudadanía, cuando la corrupción convertía a cualquiera en criminal, en función de las necesidades del caso y en esta forma también, por la vía del pago oportuno se podía transformar un delincuente en inocente y sin expediente alguno. Unido a esto estaba la terrible expresión de la barbarie, como era la tortura como método “científico” para resolver cualquier asunto difícil. Bueno, así llego, la tal revolución “bolivariana”, pero jamás tomo como algo esencial la transformación de los cuerpos policiales en revolucionarios, lo cual, no involucra para nada el cambio de nombre o de consignas, si no de actitud mental ante la vida, los Fondos Públicos, la sociedad y los principios morales. Por el contrario, la delincuencia policial se dio cuenta de los pobres aprontes espirituales de quienes dirigían el cambio y se fortaleció el mal, de tal forma, que hoy día la ciudadanía teme tanto al hampa como al representante de la justicia y no tiene escogencia cuando se encuentra con esta alternativa en cualquier calle del país. Y de paso ni siquiera las necesidades básicas de estos cuerpos los soluciono, cuando los agentes confiesan tener que apertrecharse y vestirse para su trabajo diario con el dinero, no del Estado, si no del logrado por su trabajo vía nómina o debe entonces recurrir a otras artes para tal fin.
En esencia, si se certificará el socialismo del Siglo XXI por su comportamiento hacia la seguridad ciudadana, no podría considerarse este “proceso” como merecedor de este calificativo social, cuando un componente elemental de una sociedad ordenada, organizada, racionalizada y planificada (Socialismo Científico) no existe y por el contrario el “Poder Popular” parecen ejercerlo las pandillas criminales y/o bandas que operan desde motos, bufetes, organismos públicos, policías y afines; sin que el pueblo logre la asistencia necesaria por parte del Estado para sentirse seguro. Es indudable que la incapacidad de los burócratas, es evidente, pero así mismo existe una especie de “sicología militar” para mantener este caos en la violencia delictiva más crue,l para desde una sociedad temerosa aplicar todas las medidas posibles para subyugarlos y construir en su plenitud una DICTADURA MILITAR, donde se castigue al que le parezca al gobierno sobre todo en el ámbito político militar. Desde el punto de vista de este aspecto y comparando con otras latitudes (marxistas leninistas) donde la seguridad ciudadana es prioritaria, se puede concluir que, aquí no hay socialismo alguno, pero si
un grupo militar (Elite de una Nueva Clase) encumbrado en el poder ocupados de sí mismos, nadando en el Pozo de la Dicha del Tesoro Nacional, lo cual les permite dar usos disimiles a estos dineros, inclusive, para su seguridad personal, pero mientras para el pueblo no hay nada para su defensa y tranquilidad. Esto último deja claro que hay un terror calculado y nada es azar.
TONY RIVERA CHAVEZ 2923879 amalivaca2010@terra.com
UCV Promocion de Economistas Viet Nam Vencera 1972 Col2288

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