El mejor auxiliar para sembrar y ofrecer utopías es sin duda el método estadístico, donde el uso de las matemáticas se convierte en panacea universal, para suplir faltas y desde donde no se establece realmente lo concreto, sino que usando guarismos y operaciones algunas veces complejas, nos abstraen de la realidad y nos sumergen en la senda del cuento (de cuartel).
La revolución científica técnica (RCT), ocurrida en la U.R.S.S en el siglo XX, puso especial dedicación en el uso de las cifras elaboradas por institutos, academias y ministerios socialistas, para mostrarle al mundo una sociedad cuya producción al infinito llevaba a los soviéticos a un paraíso donde cada ciudadano tendría a corto plazo todas sus necesidades resueltas, además de alcanzar el ofrecido comunismo, donde se ubicaría el sistema en un lugar donde “a cada quien según sus necesidades, a cada quien según sus capacidades” pero todo este tonelaje de cuadros, libros, estadísticas y afines, en verdad solo sirvieron para alimentar los basureros socialistas, porque todo era una abstracción de la verdad. Ni siquiera los revolucionarios rusos pudieron llevar a la mesa de los obreros un suculento bistec a diario y solo de cuando en vez veían las familias un buen plato, donde se veia incluida la carne.
Ahora bien, como esta es una práctica de quienes pretenden encerrar el pensamiento, cuando se quiere establecer una dictadura militar, se hace urgente el uso de métodos mágico-religiosos-científicos, cuyo origen es justificable en números que puedan desviar la realidad subrepticiamente y presentar mentiras como verdades, tal cual lo que viene ocurriendo con el INSTITUTO NACIONAL DE EMBUSTES (I N E), el cual se ocupa de maquillar los datos recibidos. Es fácil observar cómo se usan hasta los decimos en relaciones numéricas, para expresarnos el enorme progreso hacia dónde vamos sin aviso y sin protesto; donde todo sea cantar y bailar, gracias a la dictadura socialista. La inflación, por ejemplo, por no llegar al 30% y mostrarse cercana a esta cifra, pero siempre terrible para el salario real, es motivo de celebración “marxista-leninista”, lo cual es una burla para esta manera de concebir el mundo. En el caso de la inflación la manipulación, es cruel para la calidad de vida de los más pobres, dado que por efecto de este fenómeno de cada cien bolívares recibidos en enero estos se convierten en setenta hacia el mes de diciembre, por la merma del poder adquisitivo de la moneda.
Claro está, en esta trama de guarismos hay alguna que otra cosa cierta, pero la tarea es esconder lo malo en tendencias, cuadros y estadísticas alejados de la vida real. Insistir en el caso de los precios de los bienes y servicios, es buen ejercicio para tener idea de que este mundo numérico no es tan realista como parece, pues solo basta ir al mercado para darnos cuenta de cómo sobre todo los alimentos rebasan esos treinta por ciento general en sus precios y hay cosas terribles, como que pueden haber incrementos hasta del cien por ciento en cosas básicas para la mesa, con lo cual queda demostrado que el mundo académico(disciplina matemática) no es el ámbito necesariamente de lo concreto, recordando que la vida practica es el criterio de la verdad.
En general durante décadas desde el mundo socialista en vía al comunismo nos han pintado un futuro de mieles y bondades, el cual nunca ha sido logrado y por el contrario, no se les ve el progreso y la felicidad por ninguna parte.
Ahora bien, como esta es una práctica de quienes pretenden encerrar el pensamiento, cuando se quiere establecer una dictadura militar, se hace urgente el uso de métodos mágico-religiosos-científicos, cuyo origen es justificable en números que puedan desviar la realidad subrepticiamente y presentar mentiras como verdades, tal cual lo que viene ocurriendo con el INSTITUTO NACIONAL DE EMBUSTES (I N E), el cual se ocupa de maquillar los datos recibidos. Es fácil observar cómo se usan hasta los decimos en relaciones numéricas, para expresarnos el enorme progreso hacia dónde vamos sin aviso y sin protesto; donde todo sea cantar y bailar, gracias a la dictadura socialista. La inflación, por ejemplo, por no llegar al 30% y mostrarse cercana a esta cifra, pero siempre terrible para el salario real, es motivo de celebración “marxista-leninista”, lo cual es una burla para esta manera de concebir el mundo. En el caso de la inflación la manipulación, es cruel para la calidad de vida de los más pobres, dado que por efecto de este fenómeno de cada cien bolívares recibidos en enero estos se convierten en setenta hacia el mes de diciembre, por la merma del poder adquisitivo de la moneda.
Claro está, en esta trama de guarismos hay alguna que otra cosa cierta, pero la tarea es esconder lo malo en tendencias, cuadros y estadísticas alejados de la vida real. Insistir en el caso de los precios de los bienes y servicios, es buen ejercicio para tener idea de que este mundo numérico no es tan realista como parece, pues solo basta ir al mercado para darnos cuenta de cómo sobre todo los alimentos rebasan esos treinta por ciento general en sus precios y hay cosas terribles, como que pueden haber incrementos hasta del cien por ciento en cosas básicas para la mesa, con lo cual queda demostrado que el mundo académico(disciplina matemática) no es el ámbito necesariamente de lo concreto, recordando que la vida practica es el criterio de la verdad.
En general durante décadas desde el mundo socialista en vía al comunismo nos han pintado un futuro de mieles y bondades, el cual nunca ha sido logrado y por el contrario, no se les ve el progreso y la felicidad por ninguna parte.
TONY RIVERA CHAVEZ 2.923.879 amalivaca2010@terra.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario